lunes, 12 de diciembre de 2011

Rehabilitación en la Fibromialgia

Existe una gran variedad de terapias manuales que pueden ser utilizadas en la rehabilitación de la Fibromialgia, algunas solo pueden ser practicadas por profesionales de rehabilitación física y otras las puede practicar de un modo sencillo el propio paciente en su domicilio.
  • Masaje: es de gran ayuda para calmar y aumentar la circulación de la sangre hacia los músculos. Sirve para eliminar acumulaciones tóxicas como el ácido láctico y educar a los músculos y articulaciones que se han desajustado mecánicamente.
  • Terapia de los puntos desencadenantes: técnica pensada para desactivar los puntos desencadenantes asociados al dolor miofascial. El terapeuta ejerce presión constante sobre dichos puntos.
  • Alivio miofascial: realización suave de masaje pensado para aliviar las restricciones y la estrechez de los tejidos conectivos. Puede reducir el tirón que ejercen los tejidos conectivos sobre los huesos, de tal  modo que se consigue que se relajen y extiendan las fibras de los músculos.
  • Terapia craneosacral: esta terapia es un método suave y no invasor de evaluar y mejorar el funcionamiento del sistema craneosacral (la manera en que funcionan el cerebro y la médula espinal). Es una terapia que estimula los mecanismos curativos naturales del cuerpo para mejorar el funcionamiento del sistema nervioso central y así disipar los efectos negativos del estrés mejorando la salud y fortaleciendo la resistencia a enfermedades. Los pacientes pueden practicar una forma de terapia craneosacral en casa usando un estimulador de punto fijo. Se pone el estimulador en la nuca, en línea con las orejas, por períodos poco a poco más largos (de 2 hasta un máximo de 20 minutos).
  • Quiropráctica: es un método que intenta corregir la desalineación de las vértebras.
  • Osteopatía: este método se basa en que el cuerpo a veces puede curarse por sí mismo, siempre y cuando esté en una relación estructural normal, exista un ambiente favorable y no sufra de desnutrición. Se utilizan métodos físicos, medicinales y quirúrgicos aunque pone más interés en el sistema musculoesquelético.
  • Ejercicios de estiramiento: los estiramientos deben de ser suaves. Los puede realizar el propio paciente desde su casa o pueden ser realizados por un profesional. Esta técnica ayuda a reducir la tensión muscular y los espasmos musculares.
  • Ejercicios aeróbicos: estos ejercicios si son de bajo impacto son muy importantes para que los pacientes de fibromialgia eviten la atrofia muscular, ya que fomentan la circulación de la sangre que contiene el oxígeno y otros nutrientes a los músculos y a los tejidos conectivos. De esta manera se aumenta la fuerza y el vigor. Este tipo de ejercicio debe empezarse de manera muy suave y a medida que pasa el tiempo ir incrementando de manera gradual.

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